La miraba, pues me obsesionaba. Tenia una cabeza chica en comparacion al cuerpo y su grueso plumaje de color negro evidenciaba un tornasol verdoso muy inquietante. No era un cuervo ni algun pajarraco negro que haya visto o del que haya escuchado antes. Sin embargo, lo tenia enfrente mio y por ende, existia.
Sus ojos parecia cristales hechos de algun material color ambar. Su cabeza se movia conforme parecia notar algun rasgo que guardaba en su mente sobre mi rostro o sobre algun objeto dentro de la casa. Me miraba desde la ventana de mi sala y por una extrana razon parecia desear entrar. Era como si buscara la manera de hacerlo conforme analizaba con su mirada.
En un momento, parecia haber captado algo. Lo note y bruscamente indague que habia visto y note el pistilo de la ventana sin seguro. En un momento de rapidez estire mi mano para cogerlo y cerrarlo, a lo que el ave acento con el rostro. Por un momento senti que sonreia... por un momento le vi una sonrisa en su pico.
Trate dejar de mirarlo, pero su prescencia me sobrecogia. Me abrumaba su estancia ahi, ininterrupida, mas bien prolongada y mucho mas inquietante por la obscuridad de la noche. Repose en mi habitacion aun con el animalejo en ese lugar. Nunca cambio de lugar. Lo se, sali dos o tres veces antes de quedarme dormido y aun estaba ahi.
Cerca de las tres de la madrugada fue lo terrible. Desperte por una extrana presencia dentro de mi habitacion y sin perder tiempo trate de encender la luz de mi lampara cuando algo cayo a mi mano destrozandola y corriendo por ella hasta arrebatarme el rostro con jirones. El ave habia entrado... el ave estaba ahi y pense en un momento en ella, solo en ella... en esa muchacha. Sonrei y acepte mi destino... yo solo quise esa vez, sentir que se sentia matar a alguien con mis propias manos... ahora debo pagar.
Buenas noches....
